La Diputación Foral de Gipuzkoa da la espalda a la bicicleta

Ante los reiterados incumplimientos de la Diputación Foral de Gipuzkoa sobre los compromisos con la bicicleta y ante las declaraciones, que están apareciendo en diferentes medios de comunicación, las asociaciones de ciclistas urbanos, Kalapie, (Donostia) Balazta,(Irun-Hondarribia), Gurpilartea (Errenteria) y Txirrinka (Oñati) queremos hacer llegar a la ciudadanía la siguiente nota:

El camino recorrido por distintos colectivos ciclistas para conseguir que la bicicleta se incorporara a la agenda política y al ámbito institucional de los municipios de Gipuzkoa ha sido largo y difícil.

Desde hace más de 30 años diversas iniciativas sociales han trabajado en Gipuzkoa para sensibilizar a las administraciones locales, a fin de que asumieran el ciclismo cotidiano como uno de los pilares básicos de la movilidad sostenible, y por tanto convirtieran a la bicicleta en una de las principales alternativas al uso excesivo del automóvil.

Como fruto de este persistente esfuerzo se ha ido logrando una progresiva sensibilización de los responsables políticos municipales, lo que se ha traducido en la puesta en marcha de innumerables programas y servicios de fomento del uso de la bicicleta, aparcabicis, bidegorris, etc.

En paralelo, a partir del año 2000 la Diputación Foral de Gipuzkoa empezó a configurar un entramado de normas, documentos de planificación y órganos de participación, orientado a asentar las bases de una política ciclista en nuestro territorio. De entre ellos destacan el Plan Territorial Sectorial (PTS) de Vías Ciclistas de Gipuzkoa, y la Estrategia de la Bicicleta de Gipuzkoa.

Este PTS planificó la red interurbana de vías ciclistas de Gipuzkoa que se prevé finalizar para el año 2021, estableciendo para ello su correspondiente programación temporal y económica. Este instrumento de ordenación territorial, tras una dilatada tramitación y superar distintas fases de participación pública, fue aprobado por unanimidad por las Juntas Generales de Gipuzkoa en 2013.

Por su parte, la Estrategia de la Bicicleta de Gipuzkoa 2014-2022, elaborado tras un proceso en el que participaron ciudadanos y entidades públicas y sociales, fue aprobado de forma unánime por el Consejo foral de la Bicicleta de Gipuzkoa. La Estrategia define la hoja de ruta integral de la política foral de movilidad ciclista para ocho años, estableciendo sus objetivos, ejes estratégicos y programas de trabajo, a fin de situar a Gipuzkoa en parámetros europeos de normalización del uso de la bicicleta.

Gracias a esta demanda social y esfuerzo institucional, el ciclismo cotidiano en Gipuzkoa se ha ido incrementando año tras año.

Sorprendentemente, esta prometedora trayectoria de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha entrado en barrena a partir de 2015, desde la entrada del actual Gobierno Foral.

Si los presupuestos son la expresión financiera de la voluntad política, en el caso de la Diputación constatamos como los compromisos adquiridos se han ido diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua. Así, la inversión anual media prevista por el PTS de Vías Ciclistas de 14,5 millones de euros, y nunca cumplida, pasó de 6 millones en 2015, a 2,3 millones en 2016, y a 1,8 millones en 2017. A esto hay que añadir otros hechos graves, como son la reducción del gasto corriente y las subvenciones dedicadas a la promoción ciclista; la no elaboración del Plan de Gestión de la Estrategia para 2016; y que se hayan ignorado todas las conclusiones del proceso realizado por el Consejo de la Bicicleta de Gipuzkoa para su reactivación y dinamización.

Este espectacular giro, además de ser alarmante, constituye una mayúscula burla a las responsabilidades políticas contraídas por la Diputación con sus ciudadanos. Y es especialmente sangrante cuando los presupuestos forales, y también los del Departamento de Movilidad y Ordenación del Territorio (bajo cuya responsabilidad se encuentra el área de movilidad ciclista), se han incrementado durante este periodo.

Ante el drástico descenso presupuestario de 2016, la Diputada foral de Movilidad, afirmó ante el Consejo de la Bicicleta de Gipuzkoa que esas cifras no eran las que le hubiera gustado presentar, y solicitó un voto de confianza, puesto que iba a trabajar duramente a fin de que en los próximos años se incrementaran. A la vista del nuevo descenso de los presupuestos forales de 2017 para la bicicleta, sólo cabe concluir que esta Diputada ha incumplido su palabra dada, mostrando así su desdén por la movilidad ciclista.

Esta deriva ha cobrado tintes aún más sombríos y preocupantes, con motivo de la aprobación de una resolución por las Juntas Generales de Gipuzkoa en diciembre de 2016, en la que instan a la Diputación a actualizar la Estrategia de la Bicicleta de Gipuzkoa, adecuando sus objetivos e iniciativas a la “nueva realidad socioeconómica”. No entendemos qué se desea expresar cuando se habla de adaptarse a la “nueva realidad socioeconómica

Creemos, pues, que es necesario que la Diputación Foral de Gipuzkoa y los partidos que la gobiernan, ofrezcan urgentemente una explicación respecto a la situación crítica a la que han llevado al área de movilidad ciclista, y aclaren cuál va a ser su política respecto a la bicicleta en los dos años que quedan de legislatura.
Para finalizar deseamos expresar nuestro malestar y desconcierto ante esta actitud de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Y ello, no sólo porque supone un descrédito para los procesos de participación llevados a cabo en este ámbito, además de un incumplimiento flagrante de sus compromisos legales, sino porque también resulta totalmente incoherente con sus compromisos medioambientales de reducción de las emisiones contaminantes y lucha contra el cambio climático.

Kalapie (Donostia)
Balazta ( Irun-Hondartribia)
Gurpillartea (Errenteria)
Txirrinka (Oñati)

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