La calle no puede ser el hogar de ninguna persona

la calle no puede ser el hogar de ninguna perosna

Sin duda el tiempo meteorológico es uno de los temas que más ocupa el tiempo de nuestras conversaciones. Pero para algunas personas es la diferencia entre dormir bajo techo o en al calle en invierno.

Una temperatura nocturna o sensación térmica de 8 grados o menos es el momento que se marcó en su día en la Delegación de Bienestar Social del Ayuntamiento para que en invierno se pusiera en marcha el llamado Dispositivo del Frío. Y llegó el frío más extremo con Filomena y este año el dispositivo no parecía estar operativo si bien se suponía en funcionamiento desde el 23 de diciembre del año pasado con un funcionamiento y unos criterios que parecen tan cambiantes como el propio tiempo meteorológico.

En estos momentos el dispositivo solo cuenta con cinco plazas que son reforzadas con estancias en una pensión si se sobrepasa esta cifra. Un techo caliente sin cena ni desayuno. Una vez más un buen traspaso de recursos públicos a negocios privados.

Aunque en muchas ocasiones son invisibles las personas en situación de calle en nuestro pueblo son muchas, solo una ya serían demasiadas. Son muchas las circunstancias por las que estas personas han llegado a esta situación, desde las personas migrantes "en tránsito" que no entran en los criterios para acceder al Dispositivo del alto de Arretxe, personas que se quedaron sin empleo y por ende sin ingresos para pagar una vivienda o una habitación, y así un largo etcétera.

Son un grupo más de las invisibles, de las olvidadas por las instituciones públicas, de las sin derechos. En la actualidad nos encontramos con un Centro como Zubia completo con lo que si la climatología no corresponde a esos 8 grados o menos la única alternativa que tienen muchas personas es la calle. El derecho a una vivienda digna parece en estos momentos una quimera. La única certeza es la falta de política de vivienda por parte del ayuntamiento más allá de las promesas vacías de hechos. Y es que los hechos no son amores, son derechos y la calle no es para vivir sino para salir a ella a denunciar la injusticia y nuestros derechos como personas.

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