Abotsanitz.-Durante años, en Hondarribia ha existido una enorme desigualdad a la hora de cobrar las cesiones que todas las personas deben pagar cuando construyen una vivienda. Es lo que se conoce como “aprovechamiento urbanístico”, o sea, el pago obligatorio para poder edificar.
Ese pago se realiza en función del valor del suelo, y cuanto más vale el suelo mayor debe ser el pago a realizar. Pues bien, en el Plan General de Ordenación Urbana de 2017, el PNV decidió no seguir ese criterio. ¿Adivinas qué zona salió beneficiada? Exacto: la zona del Golf, donde se concentran las rentas más altas del municipio.
En dicho Plan del 2017, el gobierno del PNV estableció los siguientes coeficientes a aplicar:
- Vivienda libre en la zona del Golf: coeficiente 0,54.
- Vivienda Pública Oficial (VPO) (en cualquier zona): coeficiente 1.
- Vivienda pública tasada (en cualquier zona): coeficiente 2,02.
- Vivienda libre en Kosta: coeficiente 2,28.
- Vivienda libre en el Cubo de la Magdalena: coeficiente 3,99.
- Vivienda libre en Basako: coeficiente 7,44.
Y ¿qué significa esto? Que, aplicando esos coeficientes, por construir una vivienda en el Golf se pagaría la mitad de los impuestos (“aprovechamiento urbanístico”) que se pagarían por construir una vivienda de VPO, la cuarta parte que una vivienda tasada, ocho veces menos que una vivienda en el Cubo de la Magdalena y trece veces menos que una vivienda en Basako.
Pongamos un ejemplo. Aplicando una fórmula compleja para calcular el aprovechamiento urbanístico, una vivienda libre de 100 m2 de nueva construcción en el barrio Kosta debería pagar una cesión de alrededor de 17.000 euros. Una de VPO, en torno a 5.900 euros. En cambio, en la zona del Golf, una vivienda idéntica de 100 m2 pagaría cerca de 2.600 euros, cuando le correspondería pagar más de 31.000 euros. Es decir, mientras muchas familias de muchos barrios de Hondarribia pagaban con normalidad, en la zona del Golf los que más tienen menos pagan. Todo gracias a una decisión política del PNV.
¿El resultado? Más de dos millones de euros que el Ayuntamiento ha dejado de ingresar desde 2017.
Dinero que podría haberse utilizado para mejoras e inversiones en equipamientos públicos. Pero no, ese dinero no se cobró por favorecer a las rentas más altas.
En el Plan General que está desarrollando el nuevo equipo de gobierno, se fijan los coeficientes según el valor del suelo real en base a estudios económicos del equipo técnico municipal. Para la susodicha urbanización, el nuevo PGOU marca un coeficiente superior al seis (6), trece veces superior al fijado por el PNV.

