«Ha sido una persecución lo que se ha hecho con las mujeres que estaban ejerciendo en el espacio público»

fotoDesde que el 15 de abril del 2011 apareciera publicada en el Boletín Oficial de Gipuzkoa la "ordenanza municipal sobre comportamiento cívico y reguladora del uso, ocupación y limpieza de la vía pública" ha llovido mucho y nunca a gusto de todas y por supuesto, no de las personas que han tenido que sufrir y continuar sufriendo las consecuencias de esta ordenanza. Por supuesto, las profesionales del sexo que se vieron obligadas a trasladarse a los aledaños de Zaisa lo saben bien. Las consecuencias han sido las multas del ayuntamiento y por otro lado las agresiones, “les han pegado, les han robado, las han amenazado y las han violado, menos matarlas, por ahora, hasta que pase” nos comentan dos personas que trabajan en el Programa Aukera.

El programa Aukera trabaja con el colectivo de profesionales del sexo tanto hombres, mujeres, como mujeres transexsuales. Lo hacen desde dos partes complementarias. Una es la sensibilización social, “es decir la de los derechos, y la otra la de la intervención directa”. Nos comentan y nos continúan explicando, “en intervención directa hacemos bastante intervención psico-social, trabajamos todo el tema del estigma, los prejuicios que recaen en este trabajo con las mismas mujeres para empoderarlas”. También trabajan las consultas sanitario-preventivas, es decir, que las mujeres acuden los dos locales que disponen, uno en Donostia y otro en Irun. En este último, abierto desde finales del siglo pasado, donde están los lunes por la mañana y los martes por la tarde. Allí les proporcionan preservativos masculinos así como lubricantes. Pero no se quedan ahí como nos comentan, y realizan “asesoramiento de todo tipo de infecciones de trasmisión sexual y todo lo relacionado con la defensa o autodefensa, de empoderamiento, es decir que esto es una profesión y hay que tener claro que el cliente es un cliente y no un amigo. Por eso nunca deben de fiarse, por ejemplo, cuando realizan una practica erótica de penetración vaginal que siempre controlen que el cliente no se quite el preservativo”.

«Esto es una profesión y hay que tener claro que el cliente es un cliente y no un amigo y por eso nunca deben de fiarse»

Dentro de la intervención directa trabajan de dos maneras. Una, como nos cuentan, es la intervención en mismos locales, es decir, las personas acuden al local donde se trabaja lo que ya se ha comentado y otra donde “nosotras acudimos a sus espacios de trabajo, por ejemplo en Irun estamos acudiendo a los clubes una vez al mes, en algunos pisos también así como en el espacio público donde una vez al mes acudimos a Behobia a ver a las tres chicas que actualmente trabajan allí”. El tema de la sensibilización es importante y por eso lo suelen abordar por un lado haciendo sensibilización en los medios de comunicación, cuando así se lo requieren, haciendo entrevistas de radio, para medios escritos, normalmente los medios se interesan cuando hay noticias para contrarrestar. Igualmente hacen entrevistas con estudiantes de Integración Social, Educación Social, Trabajo Social , Psicología, Criminología, Derecho ... donde normalmente los y las estudiantes son las acuden a sus locales, “en alguna ocasión hemos ido al centro para dar una charla a alumnos y alumnas de Integración Social” nos comentan. No se quedan ahí y también suelen hacer charlas para el público en general además de mantener reuniones con partidos políticos, técnicos y técnicas de ayuntamientos para hablar de prostitución y dar a conocer la realidad de ésta.

Desde Aukera rechazan entrar en el manido debate de legalización versus abolición. Ellas trabajan con las mujeres, trabajando siempre aquello que ellas demandan, ya sea preservativos o asesoramiento jurídico o de inserción laboral. Así nos explican que “en el caso que una chica no quiera continuar trabajando se le ofrece los servicios comunitarios existentes en la ciudad para que como mínimo los conozca”.

«Las características de la ciudad, es una ciudad fronteriza donde hay una importante concentración de personas que ejercen la prostitución»

Las dificultades que se encuentran en el día a día desde el programa Aukera son muchas y diferentes. Así, nos dicen que lo primero es diferenciar “las personas con las que trabajamos pues hay personas que acuden a Aukera pero están de paso, es decir, tienen su residencia en otras comunidades autónomas eso significa que vienen a trabajar a Irun, que están un mes, dos meses, quince días trabajando”. Con estas personas, como nos comentan, se puede hacer poco seguimiento “ya que están de paso y se acercar al local a recoger la bolsa de preservativos y lo único que se les puede ofrecer es asesoramiento o derivarles a algún otro servicio u ONG que trabaje en el municipio que la persona resida, donde si tiene algún tipo de problema pueda acudir”. Luego hay mujeres que residen en Irun y ejercen en Irun o en Donostia o también “puede pasar que salgan a "hacer plaza" a otras comunidades en el caso de estas personas si que tratamos de hacer un seguimiento”, nos explican desde Aukera. Una de las dificultades con las que se encuentran, por ejemplo, son las personas que están en situación irregular, es decir que no dispongan de "papeles", lo que conlleva como nos aclaran que “no puedan entrar en los recursos comunitarios por encontrarse en esta situación de irregularidad, quedando al margen”. Otros casos que se están encontrando son personas que residen en Irun y que están encontrando dificultades en el tema del empadronamiento porque según nos precisan “el trabajo sexual no está reconocido como trabajo, no tienes un contrato aunque si tienes una liquidez pues ellas están trabajando y tienen su sueldo. La dificultad radica en que si no está empadronada no consta como ciudadana de Irun y entonces se le cierran muchas puertas como no poder acceder a otros recursos donde se solicita que estés empadronada en Irun con lo cual estas personas quedan excluidas de los recursos comunitarios, por poner un ejemplo, no pueden disponer de la Kirol txartela para poder acudir al polideportivo en las mismas condiciones que otra residente de Irun”.

«Con las profesionales del sexo mujeres se un círculo vicioso donde si no están empadronadas directamente no pueden tener tarjeta sanitaria, y si están empadronadas necesitan un año de empadronamiento»

Otra grave dificultad es la tarjeta sanitaria según nos explican, así “donde en principio en la Comunidad Autónoma Vasca se decía que no se iba a cumplir con el Real Decreto 16/2012 y que todas las personas iban a tener derecho a la sanidad, sin embargo, lo que pasa en la práctica es que estamos otra vez en las mismas pues una persona que está en situación irregular necesita estar un año empadronada para que pueda tener atención médica, es decir, para que pueda tener un médico de cabecera. Con las profesionales del sexo mujeres se crea entonces un círculo vicioso donde si no están empadronadas directamente no pueden tener tarjeta sanitaria, si están empadronadas necesitan un año de empadronamiento como hemos dicho para tener atención sanitaria, un médico de cabecera o especialista, con lo cual si hablamos de controles de natalidad o para no quedarse embarazadas no tienen acceso cuando es un colectivo que necesitaría y que obligatoriamente debería ira a las consultas ginecológicas, si queremos trabajar el empoderamiento son ellas las que deben controlar su natalidad”. Esto lleva a que nos encontramos, como denuncian, que haya “mujeres que quieren tomar la pastilla anticonceptiva pero como no tienen derecho a médico no la pueden tomar porque van a la farmacia pero sin receta no la pueden comprar, lo mismo en el tema del DIU”. Concluyen que “al final te obligan a ir a una clínica privada pues en la pública no te van a atender y eso por mucho que se hable de igualdad en los planes de Igualdad todas estas mujeres quedan excluida del propio control de su cuerpo y es decir, si quieren tener o no hijos o hijas”.

«Por mucho que se hable de igualdad en los planes de Igualdad todas estas mujeres quedan excluida del propio control de su cuerpo»

La estigmatización y las dificultades se convierten como decimos en un gran circulo vicioso así las personas que están en situación irregular y que están ejerciendo la prostitución quizá pueden llevar un tiempo empadronadas y pueden tener el derecho a lo que se llama el arraigo social, es decir, llevar más de tres años empadronadas pero como nos aclaran, “como están ejerciendo la prostitución y la prostitución no es un trabajo no van a tener jamás un contrato por el trabajo sexual, eso significa que deberían buscar un trabajo fuera de este ámbito, el suyo, el que les toca no porque quieran sino porque en su situación, una situación irregular, es el único”. La persona entra a trabajar en el trabajo sexual según nos indican “porque no tienes tu situación regular y no tienes acceso a un contrato de trabajo y ahí van pasando los años y no vas a conseguir ese contrato porque has estado ejerciendo la prostitución”. Esta situación lleva a encontramos casos de personas como nos explican, “que están años ejerciendo en Irun, siete u ocho años, y no hay manera que puedan pasar de una situación irregular a una situación regular. Si por ejemplo llevaras tres años en el trabajo sexual y al cabo de estos tres años te hicieran un contrato de trabajo eso permitiría convertirte en persona regular”.

¿Qué pasaría si les preguntásemos a estas personas por legalizar su trabajo? Desde Aukera ya se han hecho esta pregunta y como nos indican “muchas de las de las mujeres que están en situación irregular cuando se les pregunta si estarían a favor de legalizar este trabajo, de cotizar, ellas pensando en que podrían estar en una situación regular te dicen que sí, en las personas que solemos atender casi el 50% estarían dispuestas a firmar un contrato, aunque no pusiera trabajo sexual, fuera servicios de acompañamiento o cualquier cosa que no tuviera una palabra estigmatizadora”. Una vez más el estigma.

Los perfiles de las personas que atienden desde el Programa Aukera son según su género y “hablando en datos estadísticos”, son “un 80% de las personas que atendemos son mujeres, un 10-12% de mujeres transexuales y el resto son hombres. Es decir, si que es verdad que la mayoría de la población que ejerce la prostitución o con la que nosotras tenemos contacto son mujeres”. La mayoría de las mujeres que atienden, “no es que sea la realidad global, sino nuestra realidad, la que nosotras atendemos”, nos puntualizan, “si que es verdad que la mayoría son mujeres de América latina, pero también sorprendería” en cuanto a su edad “que hay gente que se cree que son mujeres muy jóvenes y quizá las mujeres que solemos atender tienen un promedio de cuarenta años, es decir, que hay muchas mujeres de cuarenta y cincuenta años que están ejerciendo la prostitución, a pesar que en el imaginario colectivo esté que es un trabajo para personas jóvenes”. En cuanto a la maternidad nos comentan que la mayoría de las mujeres tienen hijos e hijas y mayoritariamente las mujeres de América latina suelen tener hijos e hijas en el país de origen y algunas han podido hacer el reagrupamiento las tienen aquí pero hay muchas que los y las tienen en el país de origen.

«Las condiciones del trabajo han empeorado algo, evidentemente no se da solamente en el trabajo sexual sino en todo el mundo laboral donde nos han apretado el cinturón a todos y todas»

Desde el 2007 la situación económica está siendo muy dura y ha afectado a muchos sectores y más cuanto más débiles y vulnerables y en el de las profesionales del sexo no iba a ser de otro modo aunque así nos cuentan que “si que es verdad que por ejemplo, mujeres, la mayoría de un origen inmigrante que habían venido y que habían podido regularizar su situación, es decir, que quizás habían tenido un contacto con el trabajo sexual pero habían regularizado su situación y habían entrado en otros ámbitos laborales al quedarse en el desempleo han regresado, cobraron las prestaciones de desempleo y pidieron el subsidio. La mayoría han acabado con todas las prestaciones y se han visto obligadas a volver”. Estas mujeres “te dicen, yo había salido de este mundo hace siete años que había salido de este mundo y ahora he vuelto porque me he quedado sin trabajo. En cuanto a las mujeres de aquí “siempre ha habido mujeres de otras partes del Estado Español que han entrado en el mundo de la prostitución por diferentes motivos, porque necesitaban unos ingresos económicos, sea porque tienen que mantener a los hijos y las hijas sea porque tienen que pagar una hipoteca o simplemente para acabar el mes”. Nos explican que puede haber habido un aumento de estas mujeres que han buscado en este trabajo un complemento porque no llegan a fin de mes. Podemos encontrar asimismo que hay mujeres latinoamericanas que han regresado a su lugar de origen porque no hay trabajo para todas.

fotoLas razones se pueden encontrar en lo que nos comentan así se puede decir que “lo primero que se recorta en crisis es en el ocio y esto no deja de pertenecer a la rama del ocio. Los clientes siguen siendo los mismos, y por ejemplo, si antes iban dos veces a la semana ahora te van una o dos veces al mes. Esta es la parte que afecta a los clientes que afecta directamente a las profesionales del sexo, los clientes disminuyen y ellas siguen siendo las mismas”. La consecuencia de esta situación conlleva una mayor movilidad, al haber menos trabajo las mujeres van a probar fuera a ver si allí hay más suerte. “Si hemos notado más movilidad”, nos confiesan, “esto es lo que más se ha notado con la crisis. También se podría decir que las condiciones del trabajo han empeorado algo, evidentemente no se da solamente en el trabajo sexual sino en todo el mundo laboral donde nos han apretado el cinturón a todos y todas y a ellas, aunque el trabajo no esté regulado también. Quizá por la competencia o quizá porque no haya tanta liquidez donde el cliente no tenga tanto dinero”. Más consecuencias de esto que se comenta ha sido que se negocie más por parte de los clientes el precio de las tarifas algo que al final va en contra de la profesionalización de las mujeres. Como nos cuentan, antes “había un pacto no escrito donde todo el mundo cobraba lo mismo por zonas y todo el mundo mantenía el mismo precio. Esto de la crisis ha desbaratado todo un poco y las condiciones laborales se han ido a la porra por lo que comentábamos”. El trabajo sexual no deja de ser un mercado, un mercado laboral y ya sabemos como está este mercado en la actualizad y no deja de generarse consecuencias a la baja de las condiciones de vida de todas las personas.
 

«Ha sido una persecución lo que se ha hecho con las mujeres que estaban ejerciendo en el espacio público»

Como ya comentábamos en el año 2012 se pone en marcha una ordenanza municipal sobre comportamiento cívico y reguladora del uso, ocupación y limpieza de la vía pública. Desde entonces a día de hoy debido a la aplicación del artículo 17 de la mencionada ordenanza las consecuencias han sido el empeoramiento en la situación de indefensión y vulnerabilidad de las profesionales del sexo que ejercen ene el espacio público. De forma resumida podemos decir que “se aprueba la ordenanza y se empiezan a aplicar las sanciones administrativas por parte de la policía municipal”. Dese Aukera no se quedan con los brazos cruzados y como ellas nos cuentan se reúnen “con los partidos políticos para sensibilizar de la situación que se estaba produciendo en Irun planteando” y se preguntan “si era necesaria la persecución, porque ha sido una persecución lo que se ha hecho con las mujeres que estaban ejerciendo en el espacio público y cuando decimos ejerciendo no queremos decir que estén manteniendo las prácticas eróticas en el espacio público sino que únicamente están ofreciendo sus servicios en ese espacio público”. Asimismo, en paralelo, realizan por su parte recursos con las mujeres, en este caso mujeres de origen nigeriano, para que se les quitase las multa, sin embargo, como denuncian “se hizo caso omiso”. Como ponía en la propia ordenanza trataron que estas mujeres realizaran trabajos comunitarios pero la respuesta fue la misma, “se hizo caso omiso, no han hecho ni caso, es decir, las mujeres tienen que pagar si o sí las sanciones administrativas con el problema que si no pagan les viene con recargo y la última es que les embargan”. “El ayuntamiento de Irun”, aclaran, “como no conseguía que las mujeres desaparecieran de la calle”, denuncian que este era su objetivo, “pensó, vamos a multarlas, vamos a criminalizarlas y perseguirlas para que no estén en el espacio público”.

Si nos vamos a la propia ordenanza, ésta dice que se va a multar o no se permite que estas mujeres estén en el espacio público cuando hay niños y niñas, es decir, al lado de los colegios, etc.. Sin embargo, como nos cuentan desde Aukera, “las mujeres nigerianas que ejercen la prostitución, que a día de hoy son muy poquitas y nunca ha habido muchas, en total nunca ha habido más de siete u ocho trabajando en el espacio público, cuando parecía que había mil, pues no, lo que sucede es que se van turnando y las caras son nuevas, la historia es que trabajan y ejercen de noche, es decir, que la ordenanza no tiene mucha lógica”, pues concluyen, “la sanción ya debería estar descartada pues a las dos o tres de la madrugada que estén andando y ofreciendo servicios sexuales en una calle como el Paseo Colón en principio no hay menores ni otra actividad en principio no molestan en teoría a las buenas personas que pueden ofenderse si las ven a al luz del día”. Todo hecho tiene una consecuencia y esta vez no iba a ser diferente, así nos explican que “una consecuencia fue que cuando salió la ordenanza hubo ciertas mujeres que lo que hicieron fue ir a trabajar a Behobia, que es el polígono, se desplazaron para no estar en el núcleo urbano y no ser multadas, una zona retirada donde no haya menores”, pero que raro, a pesar de hacer esto, “otra vez el ayuntamiento va y sanciona”.

Pero las consecuencias para estas tres mujeres no solamente se han quedado en las sanciones administrativas si no que ha ido mucho más lejos y con consecuencias más graves, como son las agresiones. Así nos lo explican desde Aukera, estas mujeres “han sufrido agresiones porque están en una situación, en una zona que son muy vulnerables al estar fuera de la zona urbana, al ocuparse dentro de coches han tenido agresiones, les han pegado, les han robado, las han amenazado y las han violado, menos matarlas, por ahora, hasta que pase”.

«La jueza ha decidido que no tiene sentido este tipo de denuncias y no ve ningún tipo de delito»

Como el ayuntamiento de Irun no conseguía lo suyo que era que las estas mujeres desapareciesen de la calle, como ya hemos dicho, y con la persecución de las multas administrativas no conseguían nada, a alguien se le ocurrió, como nos explican, “meterles por lo penal por desobediencia, es decir, te viene el policía municipal y te dice que no puedes estar allí y llega el día siguiente y te vuelve a decir que allí no puedes estar y como hicieron un seguimiento muy profundo”, comentan irónicamente, “lo que significaba” continúan, “que todos los días la policía municipal iba allí a comprobar que estas mujeres no se iban y dijeron que tenían infinidad de pruebas de que les habían dicho que se fuesen de allí y las presentaron en el juzgado de lo penal de Irun en una denuncia por desobediencia”. Sin embargo, dos años después la jueza ha decidido que no tiene sentido este tipo de denuncias y no ve ningún tipo de delito. Ha faltado tiempo para que los responsables municipales saliesen corriendo a la prensa a dar esta buena nueva para las estas tres mujeres, mas por parte del ayuntamiento lo que han hecho es continuar con las sanciones administrativas.

No es poco a lo que se arriesgaban estas mujeres con esta denuncia, así si bien, la denuncia es una falta leve en un primer momento, como nos explican, “lo que pasa es que si te siguen denunciando, no sabemos si a la segunda o tercera, con la última modificación de la ley de lo penal, no tenemos claro en que situación y como afectaría, en todo caso si pasa a falta grave o delito y es extranjera supone que ya con antecedentes penales ya no tienes derecho de ciudadanía, es que directamente pueden expulsar a estas mujeres y eso sin haber hecho absolutamente nada, ni han robado ni han hecho daño a nadie”. Al final criminalizan a las más vulnerables y esto gracias a una ordenanza municipal. “Esto nos parece bastante grave” denuncian con contundencia. Nos comentan que a día de hoy “lo que está pasando es que la policía municipal sigue multando, sigue poniendo sanciones administrativas lo que supone unos 250 euros”. Desde Aukera se ha realizado un modelo de recurso conjuntamente con la Asociación Adiskidetuak iguales a los utilizados en ciudades como Bilbo ajustándose a la normativa de aquí, y si bien, nos explican, “en otras ciudades como Barcelona o Bilbo si se están aceptando, sin embargo, aquí no. Irun es el único sitio, que sepamos, que no se están aceptando y el único sitio que lo metieran por lo penal”

Así es esta ciudad gobernada con mano dura y guante de terciopelo. No parece que las políticas que se ejercen desde el equipo de gobierno estén dirigidas a los colectivos más desfavorecidos y vulnerables, más bien lo están para una mayoría de personas que creen que gobiernan para ellas cuando la realidad es que se gobierna para unas pocas personas y sus interés, ya sean económicos o morales.

Para más información comentar que el próximo día 10 de diciembre a las siete de la tarde estará una persona de Aukera en una charla en el salón de actos del Hospital Viejo Mosku hablando de estas y otras cosas relacionadas con la prostitución.


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