Manifestación nacional a favor de la amnistía, el 18 de noviembre en Bilbo

Los presos y presas políticas vascas son, junto con los huidos, deportados y quienes perdieron o les robaron la vida mientras luchaban, uno de los resultados más dolorosos de la represión devenida del conflicto que nuestro pueblo mantiene con los Estados de España y Francia. Si son resultado de la represión, podemos afirmar sin ninguna duda que también son consecuencia de la lucha, ya que la represión de los Estados es proporcional a la resistencia que estos encuentran, y sigue siendo así hasta que una de las partes, por efecto de los costes que le origina la confrontación, cede en varias o en todas sus posturas.

Siendo esto así y en vista de que aún tenemos cientos de represaliados y represaliadas políticas, no hay duda de que lo que les debemos es seguir luchando hasta que consigamos su libertad y la de nuestro pueblo, hasta que logremos la independencia, el socialismo y la amnistía. Más aún cuando persiste el crudo intento por acabar con quienes siguen secuestrados por los Estados.

Constantemente recibimos noticias dolorosas sobre los presos y presas enfermas, cambiando su nombre según la circunstancia, y es entonces cuando le damos más importancia a la situación. Sin embargo, la maquinaria de los Estados no descansa y cada día que estos presos pasan en la cárcel les acerca un poco más al precipicio de la muerte.

En los últimos días hemos recibido la noticia sobre el estado de salud de Ibon Iparragirre. Su cuerpo no tiene defensas y puede morir en cualquier momento. Anteriormente y como consecuencia de su enfermedad, le fue aceptada la posibilidad de cumplir la condena en su casa, pero después ese permiso fue anulado y le volvieron a encarcelar.

En cambio, lo que hay detrás de esta crueldad no es el simple hambre de venganza, sino el deseo de atemorizar a todo un pueblo y el intento de obtener el arrepentimiento de los presos y presas políticas. “Arrepiéntete o muere”, eso es lo que les están poniendo sobre la mesa a los presos enfermos, queriendo demostrar mediante estos arrepentimientos que los Estados son invencibles.

Asimismo, la situación de Catalunya nos demuestra que no es cierto que cualquier proyecto sea realizable si se hace por medios pacíficos, a pesar de que esa mentira ha sido repetida en Euskal Herria durante años. Por esa misma lógica, podemos afirmar que a los luchadores y luchadoras vascas no les han aplicado la represión porque en un momento determinado utilizaron la violencia, sino precisamente porque le hicieron frente a la violencia de los Estados imperialistas.

Son muchos los que con el encarcelamiento de los dos miembros de Omnium y de la ANC han dicho que “ahora” el Estado español tiene presos políticos, a pesar de que hasta “ahora” han mirado hacia otro lado ante la existencia de los presos políticos. A ellos y ellas queremos dirigirnos para decirles que desde 1936 no ha habido ni un solo día sin presos políticos en el Estado español, y que es un problema de todos y de todas la consecución de la amnistía total.

Los presos, huidos y deportados políticos vascos están sufriendo la represión, exactamente, por hacer frente a esos Estados opresores a los que, en el día de hoy, pocos ponen en duda que sean fascistas. Con métodos, puntos de vista y objetivos distintos, pero por los mismos mínimos democráticos por los que pelean los nuevos presos políticos.

Por todo lo dicho, es más necesario que nunca apoyar y fortalecer la lucha a favor de la amnistía. Queda más claro que nunca que mientras dure la lucha por la libertad el enemigo seguirá creando nuevos presos y presas políticas y que no hay más que dos maneras de vaciar las cárceles: ganar o ceder.

El Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión quiere hacer un llamamiento a participar en la manifestación por la amnistía que realiza cada otoño y que partirá a las 18:00 del 18 de noviembre desde el Sagrado Corazón de Bilbo. Antolakuntzaz eta borrokaz, amnistía!

Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión.

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