Lectura realizada ayer, 19J, en la movilización “Cuidar lo vital, lo público. ¡Reparto de la riqueza ya!” convocada por la Carta de los derechos sociales del Bajo Bidasoa

Movilización Cuidar lo vital lo público Reparto de la riqueza yaCarta de los derechos sociales del Bajo Bidasoa.- Nos hemos quedado en casa y ahora vamos a tomar las calles. Así dice la convocatoria de la jornada de movilización de hoy. En los peores momentos del virus ha sido imprescindible confinarse en nuestras casas, al menos quienes han tenido la oportunidad de hacerlo, para garantizar la salud de todos y todas. Ahora es imprescindible salir a la calle para luchar por nuestros derechos.

La crisis sanitaria ha golpeado a todos los sectores, pero especialmente a los más vulnerables, desde los despidos de trabajadores precarios, los ataques contra personas migrantes y la violencia de todo tipo, hasta el aumento de la violencia contra las mujeres.

El capital no ha estado parado durante el confinamiento ni ha desaprovechado la ocasión para defender los intereses de quienes más tienen. Ejemplos claros son, por ejemplo, los esfuerzos que hicieron para mantener abiertos sectores productivos no esenciales o las recientes reformas fiscales regresivas que plantean y han llevado a cabo las diferentes instituciones. Recordemos que hoy, todavía hay 2 trabajadores bajo tierra en Zaldibar. Han decidido profundizar en políticas contrarias a la mayoría social y que aumentan los beneficios de una minoría a costa de la salud y las condiciones de vida de la mayoría social. Esa es la fórmula que nos plantean para salir de esta crisis.

Sin embargo, la sociedad no ha estado parada en la lucha contra el virus. Hemos sido las personas trabajadoras, estudiantes o pensionistas las que hemos parado el virus y las que realmente hemos sustentado esta sociedad. Somos nosotras las que movemos el mundo y somos nosotras las que, en ese camino, tenemos el poder de transformar el mundo. Especialmente destacables han sido las redes de cuidados y solidaridad creadas en barrios y pueblos.

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La autodefensa colectiva de las personas en situación más vulnerable la hemos construido en auzolan entre todos y todas, y hemos creado mecanismos para defender una vida digna. Este país vuelve a poner de manifiesto su fuerza y su capacidad de priorizar, en los peores momentos, las necesidades de la gente sobre el capital. Esa es la fórmula que tenemos para hacer frente a la crisis: poner los intereses de las personas trabajadoras y de la ciudadanía en el centro, y ahora, es el momento en el que las instituciones deben cubrir las necesidades detectada a través de los servicios públicos. Ahora nos toca canalizar y encauzar esa fuerza colectiva para hacer frente a los retos que tenemos aquí. El aumento de la precariedad va a ser una realidad más que probable y la reacción neoliberal, racista y heteropatriarcal se va a recrudecer. Toca apretar filas y hacer frente con determinación a lo que viene y en clave ofensiva. Las crisis también son oportunidades para cambiar de raíz el sistema. Vamos a por ello.

Las últimas Huelgas Feministas y la mesa que se creó en plena pandemia para tratar la crisis de cuidados, la Huelga General del 30 de enero, las movilizaciones de las personas pensionistas, las numerosas iniciativas en defensa de los derechos de las personas migrantes, las manifestaciones y acciones por la emergencia climática… No partimos de 0. El COVID no nos ha pillado con el pie cambiado. Ahora es más importante que nunca recuperar e incidir en el mensaje que hemos repetido en las últimas convocatorias: es necesario tejer redes y alianzas entre personas y movimientos, es urgente construir movilización y organización desde abajo y es vital tomar las calles.

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Venimos con impulso, con impulso y vocación de cambiar las cosas e ir a la raíz de los problemas. No queremos volver a la normalidad ni saltar a una supuesta nueva normalidad. Ese “nuevo orden” es un estado de excepción y alarma continuo para las trabajadoras y los sectores más golpeados; es una crisis permanente para las personas que peor lo están pasando. Por eso es imprescindible seguir dando pasos hacia un modelo basado en el cambio social y que ponga la dignidad y los derechos de todas las personas en primera línea.

Que la crisis la pague el capital!

Aldaketa soziala orain! Bizitza duina guztiontzat!!

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