Irungo Harrera Sarea.- Este viernes un chico que intentó cruzar la frontera por cuarta vez, al salir a la carrera para evitar su detención, se rompió el fémur y ha tenido que ser operada, necesitará al menos tres meses para seguir su viaje.

Acaba de comenzar el año y debido al bloqueo en la frontera las personas en tránsito que están llegando a Irun están viviendo una situación cada vez más precaria y peligrosa. Hemos estrenado el año con una gran afluencia de personas migrantes. Irungo Harrera Sarea – La Red de Acogida de Irun está viendo que estas personas están viviendo una situación de mayor sufrimiento.

El 6 de enero llegaron más de 50 personas. La vigilancia y el control racista de la policía en la frontera francesa es cada vez más férrea. Aunque estas personas intenten cruzar la frontera una y otra vez, a la mayoría la policía les trae de vuelta injustamente. Las personas que cumplen los criterios que aplica La Cruz Roja solo pueden dormir en los dispositivos durante tres noches. Y sigue habiendo muchas personas que no tienen acceso si siquiera para pasar un día, el año pasado Harrera Sarea contabilizo 225 personas sin acceso a los dispositivos. La noche de este 6 de enero con una temperatura gélida de dos grados bajo cero cuatro personas durmieron en la calle.

El siete de enero fue Irungo Harrera Sarea quien preparó un dispositivo del frío con dos tiendas de campaña, esterillas y mantas. Las personas que quieren cruzar están desesperadas. Sabemos que hay gente que se está aprovechando de la vulnerabilidad y desesperación de estas personas y que previo pago les acercan a Endarlatsa y les animan a cruzar el río con el consiguiente peligro.

Este viernes un chico que intentó cruzar la frontera por cuarta vez, al salir a la carrera para evitar su detención, se rompió el fémur y ha tenido que ser operada, necesitará al menos tres meses para seguir su viaje. Ante esta situación queremos mostrar una vez más nuestra preocupación, hay que actuar para que no se repita ninguna tragedia. Pedimos una vez más que se asuman responsabilidades, que todas las instituciones actúen como les corresponde, que dejen de pasarse la pelota y lleguen a acuerdos y acojan y protejan a estas personas migrantes, a todas, de una manera humana y digna.