Abotsanik.- Hemos pasado de las convenidas 34 viviendas privadas y ninguna pública a conseguir 36 privadas y 30 públicas. Como en el caso de Montañenea, y haciendo frente de nuevo a la crisis de la vivienda, el gobierno municipal nos trae una buena noticia.
Ayer, en la comisión de Urbanismo, los concejales de todos los partidos tuvieron la oportunidad de hacer preguntas y aclarar dudas acerca del convenio del Cubo de la Magdalena.
En 2017 se habían contemplado, en las calles Sabino Arana y Javier Ugarte, treinta y cuatro viviendas libres y ninguna pública; el ayuntamiento iba a recibir una compensación de 1,48 millones de euros.
Aplicando la normativa del suelo urbano, de estas viviendas el 40% deberían ser públicas y el 60% privadas, esto es, doce y veintidós respectivamente.
Considerando la mencionada urgencia habitacional y para que vivir en Hondarribia sea un derecho y no un lujo, se ha aplicado una fórmula que, de forma ágil, maximiza el número de viviendas públicas para alquiler.
En este caso, como en Montañenea y otros espacios (Etxanikenea, Carmelitas, Tudelenea...), se incrementa algo la edificabilidad de vivienda privada. Esto se debe a la suspensión de la promoción de Basako, recordemos, “más de doscientas viviendas de alto standing, destinadas a segunda residencia...” La anulación de Basako implica que, para mantener dentro del PGOU la relación entre vivienda libre y protegida, la edificabilidad de las viviendas libres anuladas hay que repartirla entre el resto de los terrenos a edificar.
Se podían haber admitido las doce viviendas públicas del Cubo y emplear luego los 1,48 millones de compensación en la construcción de casas protegidas en otros lugares. Pero en el pasado ya hemos visto que las privadas se edifican enseguida y las públicas pasan a segundo plano, alargándose mucho el proceso.
Sin embargo, ahora se trata de una actuación singular: en el Cubo de la Magdalena se construirán treinta y seis viviendas privadas y, a la vez, en Labreder (calle Atseden), el ayuntamiento, en compensación, consigue la edificación de un bloque de treinta viviendas públicas para alquiler, valorado en 3,5 millones de euros. En cuanto a plazos, el convenio recoge estrictamente que las protegidas deberán finalizarse antes o al mismo tiempo que las privadas.
Además, complementariamente, el ayuntamiento consigue, en la calle Javier Ugarte n.º 9, un edificio compuesto de semisótano, planta baja y tres pisos, que será destinado a infraestructura dotacional del propio municipio como, por ejemplo, al Servicio de Atención a la Ciudadanía. Este edificio tiene un coste de más de un millón de euros, pero el ayuntamiento solo va a tener que desembolsar 312.000 euros.
Queremos destacar que el Ayuntamiento de Hondarribia lleva conseguidas, de momento, gratis y edificadas, más de cincuenta viviendas públicas. A este gobierno no se le pueden negar ni buena voluntad ni capacidad negociadora. Ni tampoco los conocimientos técnico-urbanísticos que han posibilitado la fórmula legal para incrementar al máximo la vivienda pública.
Para terminar, recalcar que tanto este convenio del Cubo de la Magdalena como el de Montañenea son proyectos heredados de mandatos anteriores. Hemos intentado suprimir, en la medida de lo posible, el deje privatizante que tenían ambos. En las gestiones de los anteriores mandatarios jeltzales, la vivienda pública no tenía lugar. Ahora, hemos conseguido más de cincuenta para el departamento de Vivienda Municipal. Y no serán las últimas. Esperamos que, en los convenios venideros, en los que se negocien desde cero por el actual gobierno del que forma parte Abotsanitz, la presencia de la vivienda pública se incremente notablemente.