Fiestas y animales

     Afortunadamente, la evolución social nos va llevando, aunque sea a trompicones, hacia una manera de entender nuestra vida de la forma más armónica posible con respecto al resto de seres vivos con los que nos toca coexistir.

     En este sentido, en actos festivos, nos parecía “normal” que para nuestro disfrute y diversión “usáramos” animales sin importarnos, o buscándolo incluso, su sufrimiento y muerte.

     Queda mucho camino por recorrer en esta senda, pero es positivo que ya solo estén presentes en la memoria, y que se recuerden como un pasado vergonzante o un condescendiente “eran otros tiempos”, desde el arrancar la cabeza a un ganso vivo, apostatar por uno de los carneros que forzadamente eran enfrentados en la plaza o, jalear entre risas la “comicidad” de una carrera de burros.

     A cualquiera se le vienen a la cabeza incontables ejemplos más, muchos de ellos incluso más crueles y algunos aún defendidos a ultranza por quienes se niegan a dejar que su mentalidad evolucione. Algunos apelando a las tradiciones y otros, más osados, vinculándolos a la identidad cultural.

     Ya sea por empatía con el animal que sufre, o por sentir que degradan nuestra ética, no podemos menos que oponernos a que hechos de este tipo continúen perpetrándose y, de ahí, van surgiendo las leyes que los impiden.

     Pero hay una parte, en esta relación entre fiesta y animales, que es menos visible a nuestros ojos y por ello toca menos nuestra sensibilidad. Verdad es que la esencia del festejo no se basa en esa mortificación, pero las consecuencias son similares.

     Más allá de lo que sufren las mascotas, o las palomas urbanas, con petardos y cohetes, no podemos ser insensibles con el sufrimiento provocado sobre la fauna silvestre que, además, habita en un espacio que se preserva y protege por ser vital para su existencia, como individuos y como especies.

     Ya hemos puesto en manos de la Diputación Foral de Gipuzkoa, por ser la administración competente en la gestión de este espacio protegido, las islas del Bidasoa y su entorno, para que ejerza su responsabilidad e intervenga para que los fuegos artificiales no se lancen desde allí.

     Que la Diputación actúe haciendo cumplir la normativa y los objetivos de protección del espacio y sus especies, siendo relevante, no lo es menos el hecho de que asumamos que podemos disfrutar de nuestras merecidas fiestas evitando provocar daños innecesarios a otros seres vivos con los que tenemos el privilegio y la obligación de coexistir.

Bidasoaldeko Lagunak

Etiquetas: 

 

Angulaberria.info no se hace responsable de las opiniones que no estén firmadas por el colectivo editorial de la propia angulaberria. Nuestro deseo es fomentar todo tipo de debate enriquecedor.