
J.J. Torrado.- En Irun, “la ciudad del buen humor”, hace unos 6 meses que se crearon las denominadas “Patrullas Ciudadanas”, y a su vez la Comunidad de Colaboración Ciudadana del Bidasoa en WhatsApp. Dentro de esa comunidad existen varios grupos, y voy a contar cuál ha sido mi experiencia en dos de ellos. Concretamente en los grupos “Lo vimos en Irun” y “Lo contamos en Irun”.
Sin haber participado nunca en algo similar a las denominadas “Patrullas Ciudadanas”, entré muchas veces en discusión con personas opuestas a este tipo de iniciativa. A mi entender se estaba politizando y clasificando negativamente a este grupo, sin entrar en diálogo ni debate con el mismo. Directamente se les acusaba de represivos o nazis. En estas discusiones, también propuse acudir como testigos para supervisar las actuaciones de estas “patrullas”, ya que la participación se promovía de libre y pública asistencia. Nadie me tomó en cuenta.
Cuando las anunciaron hace unos meses, afirmaban que estaban coordinados con fuerzas policiales y bajo la supervisión de las mismas. Sin embargo, cuando les he conocido me ha llamado la atención que no tengan ningún vínculo con la policía ni la administración pública. No están vigilados ni conectados a nada más que su propósito de hacer el papel de policías, actuando según sus propios criterios. Ahora me resulta algo atroz que actúen por su cuenta, ya que con el tiempo puede ser que se comporten como auténticos vándalos que causan terror a su paso al estilo de los neonazis de otras ciudades del estado.
Un par de datos. En Irun se han pasado desde 2019 de algo más de 1100 incidencias penales, a las de poco menos de las 2300 en segundo trimestre de 2025 (según www.epdata.es).
Negar la existencia de un problema social, es cerrar los ojos.
Con todo esto, el sábado pasado y a través de un conocido que lo propuso, entré en dicha comunidad de WhatsApp. Para acceder necesitas leer un código QR que te envía a la comunidad, y me uní a ella. Posteriormente entré en estos dos grupos a los que hago mención. Lo primero que te encuentras es que hay casi 700 personas que no paran de enviar videos de cualquier presencia que haga la Ertzaintza o la Policía Local sabiendo o no, lo que está ocurriendo. También videos de peleas y violencia, que se asemeja al “snuff”.
Alarmando para aumentar la preocupación y fomentando la ira entre todos los miembros del grupo. Si hablamos de lo que se comenta después del video, por lo general abundaban los comentarios xenófobos y banalidades morbosas en las conversaciones. También otros incitando a votar o no a determinados grupos políticos. En definitiva, una “olla exprés” cociendo nerviosismo y lo que se denomina “incitación al odio”. Cabe señalar que también hay personas con muy buenas intenciones que pretenden ayudar, y a quienes debe agradecérseles su presencia ahí y allí adonde vayan. También hay mucho que no puedes leer porque quienes administran estos grupos tienen sus criterios. Borran y expulsan a quienes aportamos ideas e iniciativas que buscan soluciones positivas buscando reducir el deterioro sociológico de la ciudad.
Lo has entendido bien. El domingo hemos sido expulsados al menos dos o tres miembros. Primero del grupo “Lo vimos en Irun”, cuando alguien inició una conversación sobre la peligrosidad de una de las zonas de ocio nocturno, que incluía una mayor criba de negocios locales, y prensa negativa sobre el propio Irun. Aconsejaban no acercarse a esa y a otras zonas para no ser atacado o atacada. De vuelta con mis comentarios éticos sencillamente propuse, y nada más que propuse, que sería interesante organizar quedadas lo más multitudinarias posibles de carácter festivo y pacífico para renovar ambientes en las zonas y locales conflictivos. Recibí muchos “likes”, “corazones” y comentarios a favor.
Repentinamente, una administradora con alias “Axxx” (casi nadie en el grupo da la cara y utiliza su nombre verdadero) borró todos los comentarios de ese hilo, haciendo alusión a no sé qué regla del grupo que requiere que no se sature con textos. Simplemente éramos muchos/as hablando. Puedo asegurar que no pude leer ninguna mala expresión por parte de ellos en lo que pude leer en toda la conversación. Fue un bofetón desconcertante.
Inmediatamente nos mudamos a reclamar al otro grupo de la misma comunidad, llamado “Lo contamos en Irun”. Una tal “Mxxx” nos abucheó. El abucheo no fue eliminado, pero nuestras reclamaciones sí. Después fuimos expulsados de este otro grupo. Se intentó regresar contactando con administradores en privado, pero la autoridad de “Axxx” predominaba y no fue cuestionada por parte del resto de ellos y ellas. La igualdad no debe ser una de las claves de su política.
Tras intentar denunciar lo ocurrido me encontré con que la realidad es que trata de un grupo privado que pone sus normas, su política y que puede admitir a quien quiera.
Asume que no es para todos y todas. Por eso hago esta denuncia pública. Esos grupos no están ayudando a nadie, sólo crean pánico y mal genio contra la ciudad. Pensadlo antes de entrar O participar en él.
DE LA DENUNCIA PÚBLICA A LA DESHONRA
La semana pasada preparé un texto para enviarlo a la prensa en el que se reportaba mi experiencia y análisis de la permanencia de 24 horas en la Comunidad de Colaboración Ciudadana del Bidasoa de WhatsApp.
Antes de empezar con la explicación, pido disculpas a quienes pertenecen al grupo y no se sientan identificados con el suceso. Imaginaos el cabreo e indignación que puedo llevar. Cuando leáis lo ocurrido, lo entenderéis.
Continúo. Tras redactarlo, hice un pequeño tanteo de opiniones, y lo envié a personas conocidas. Lo pensé, y se lo envié también al creador de esta comunidad para recoger sus impresiones. No dudé en ningún momento que fuera a tener su pataleta, pero jamás imaginaría que el grupo reaccionase de una forma tan vulgar, dañina, infantil, ridícula...
No sé si decir que son trastornados o trastornantes. Sí. Ambas cosas. En fin, ¿qué se puede decir de gente así para que la descripción quede satisfecha? Os muestro lo que llegó a mi móvil de alguien que recogió esta publicación procedente de estos grupos en los que en total participan más de 1000 personas de la comarca de Irun, incluyendo Hendaia, Hondarribia y Errenteria.
Han robado y utilizado mi foto de Facebook para lincharme socialmente. Respecto al texto no hay mucho que decir. Enteramente falso, mediocre, carente de originalidad, cero creatividad... Y que en ello, sólo es apreciable la intencionalidad de hacer daño con la pretensión de destruir la imagen de mi persona, con sus posteriores consecuencias. Creo que cualquier otro gánster hubiera tenido más elegancia.
Cuando le pedí explicaciones al máximo responsable de la comunidad, me escribió lo siguiente: “Para que veas que es lo que se percibe de tu escrito”. Al estilo de Sauron.
(Espero que él esté leyendo esto, ya que tanta ironía está dirigida a él. Por eso aprovecho para decirle que si hay algo que no entienda, primero tráigame el diagnóstico mental del que se habla, que me muero de la curiosidad. Le explicaré después todo de forma más llana y para que pueda comprenderlo).
En esa y otras respuestas del jefe de la banda, detecté que es un experto del gaslighting más sutil. Fue gracioso que insistiera en que me lo tomaba todo a mal, y que tenía un problema. Una buena forma de cambiar la pelota de tejado y culpabilizarte.
Ausculté un poco más. Además de experto del gaslighting, parece ser que su percepción omnipotente de la realidad que ha creado, debe considerar que su comunidad es algo muy cercano al “todo”. Irónicamente, interpreto que si “todo” primero se te ningunea y después te expulsa en cuestión de segundos, debes entenderlo como algo exitoso. A decir verdad, fue un tiempo record.
Confío en que todo se aclare pronto. Desconozco si este “Señor Todopoderoso del Txingudi” fue el creador material de esta patética arma social de parvulario, la ideó o si solo ha respaldado al usuario que lo ha hecho. La cosa anda cerca. No negó que quien ha publicado este ultraje sigue estando en sus grupos.
Concluyendo. De colaboración ciudadana tienen bastante poco. Habéis expulsado y aniquilado socialmente de la forma más mezquina y cobarde, a quienes de buena fe propusieron soluciones a aquello que supuestamente os ocupa, y además le hacéis esto.
Sin embargo, amparáis a quien difama sobre Irún y su gente. Me habéis linchado socialmente. Ahora que ya tenéis mi foto, espero que ni se ocurra acercaros a mí cuando salgáis de “patrulla”.
Nada más que esto por ahora y muchas gracias por entenderme.
Os pido que si alguien os pida ayuda para resolver algo similar, no dudéis en hacerlo.
Se pasa fatal cuando vas por la calle y sabes que hay un montón de gente que ha podido ver una publicación falsa de ese calibre.
Si hay alguien que sepa algo, puede contactar en este e-mail:
laciudaddelbuenhumor@gmail.com
Ahora me queda un gran trabajo por delante para limpiar mi imagen pública.
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