ELA convoca el 17 de noviembre huelga general en numerosos sectores de cuidados

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Milaka langileren aldarria izango da zaintza profesionala (gehienbat pribatizatua) publikoa, duina, unibertsala eta doakoa izan behar dela

Miles de trabajadoras reivindicarán que los cuidados profesionales (privatizados en su mayoría) deben ser públicos, dignos, universales y gratuitos

Sindicato ELA.-dicato ELA.- ELA anuncia para el 17 de noviembre la convocatoria de una huelga general en los sectores que se dedican en el precarizado mercado laboral formal a los cuidados de personas en situación de especial vulnerabilidad (mayores, menores, personas con diversidad funcional, o en riesgo de exclusión social...), cita a la que están llamadas miles de trabajadoras de todo Hego Euskal Herria (CAPV y Navarra).

No queremos olvidar tampoco a las miles de trabajadoras del hogar que, sin derecho a la huelga ni derechos laborales básicos, representan una parte fundamental de los cuidados mercantilizados, en muchos casos en condiciones de explotación y abuso.

Como se sabe, los cuidados en su mayoría están privatizados o mercantilizados, en manos de empresas privadas que priorizan sus beneficios económicos por encima del cuidado de las personas. Todo ello, además, sustentado por dinero público. ¿Cómo permite que se haga negocio con la vida una sociedad que pretende avanzada? Los cuidados profesionalizados tienen que ser públicos, dignos, universales y gratuitos.

La pandemia de coronavirus es un grave momento histórico que no se puede dejar pasar. Las costuras del sistema de cuidados han reventado y las consecuencias han vuelto a recaer sobre las trabajadoras. Ellas son las que sostienen la vida de miles de personas, a base de estar física, psicológica y emocionalmente explotadas. Se están jugando la vida día tras día, con ínfimos medios, sin personal suficiente, en condiciones laborales muy duras. Hay que alzar la voz para que esto no vuelva a suceder y ha llegado la hora de decir ¡basta!

La huelga del día 17 de noviembre debe impulsar un cambio histórico en este sector, para convertirlo en un sistema de cuidados públicos que sea la mayor prioridad política en nuestro país.

La dignificación de las condiciones laborales de las profesionales del sector de los cuidados es condición indispensable para que las personas que requieren de los cuidados sean atendidas de manera digna e integral en los distintos ciclos de la vida, desde que nacemos hasta que morimos. Un modelo de cuidados basado en la cercanía, el trato de calidad y el respeto a la autonomía de las personas,

Reivindicaciones de la huelga del 17-N:

  1. Publificación de los servicios de cuidados a personas en situación de especial vulnerabilidad (ayuda a domicilio, centros de día, centros residenciales, viviendas comunitarias, pisos tutelados, albergues y otros recursos de intervención social).

  2. Garantías de subrogación y consolidación del empleo directo y subcontratado (incluido el eventual).

  3. Contratación de 10.000 profesionales más y ampliación de las jornadas de trabajo al 100% (salvo que voluntariamente se solicite lo contrario).
  4. Medidas reales para eliminar la brecha de género en el sector y reconocimiento del valor social y productivo de los cuidados.

  5. Mejora de las ratios de atención directa y sustitución del personal en situación de baja desde el primer día.

  6. Medidas efectivas para garantizar la salud laboral, en especial la prevención de los riesgos psicosociales.

  7. Un plan de reparación emocional para las trabajadoras que palíe, al menos en parte, las graves secuelas de la pandemia.

Las trabajadoras de estos sectores son muy conscientes de que no están solas. Las asociaciones de familiares, pensionistas, colectivos feministas... también están luchando y han convocado manifestaciones este 31 de octubre en las cuatro capitales. ELA estará allí también.

Es el momento de seguir tejiendo alianzas y de visibilizar las reivindicaciones para que la sociedad tome conciencia de este momento histórico y dé un paso adelante. Solo así será posible una sociedad más justa, que anteponga los derechos humanos a cualquier otro interés. Que la vida en el centro no sea solo un eslogan y que el conflicto capital-vida salga a las calles.

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