Publicado originalmente en euskera. Ver abajo.
Recuerdan que la tortura se ha utilizado de forma sistemática y que en el caso de las mujeres militantes se ha producido una "doble violencia". Llaman a poner el caso en la mesa en aras de la paz y la justicia.
Una concentración convocada por Euskal Herriko Bilgune Feminista en Hernani (Gipuzkoa) para mostrar su solidaridad con Iratxe Sorzabal y denunciar las causas judiciales abiertas contra ella. El acusado, que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional española, ha relatado ante el tribunal las torturas sufridas durante su periodo de incomunicación. De hecho, Bilgune Feminista ha denunciado que esto puede provocar un incremento de las consecuencias que han dejado las torturas: "En estos momentos estar en una situación de acoso y violencia y ante el sistema judicial que posibilitó la propia tortura obliga a declarar en una situación de vulnerabilidad".
En la concentración han participado Bilgune Feminista, Euskal Herriko Gazte Feministen Sarea y varias mujeres que han sufrido torturas, y han recordado que las principales pruebas contra Sorzabal son sus declaraciones bajo tortura. Critican que se han utilizado "en infinidad de juicios" que han provocado el encarcelamiento de numerosos ciudadanos y ciudadanas vascas. Así, denuncian que las consecuencias de la tortura siguen estando presentes y "no son en absoluto un fantasma del pasado".
De hecho, el fiscal pide doce años de cárcel contra Sorzabal por un atentado cometido por ETA en 1995 y también tendrá otro juicio este mes. El abogado de Sorzabal señaló, sin embargo, que las únicas pruebas presentadas contra él durante el periodo de incomunicación son "una declaración bajo tortura y una carta mal traducida".
Precisamente, Sorzabal relató la semana pasada ante el juez aquellas torturas "violentas", a punto de echarse a llorar, y precisó que creía que "iban a matar allí": "Para ellos no era una persona o un militante; me decían que era una prostituta". Bilgune Feminista ha denunciado que el hecho de que se le haya obligado a recordarlo puede entorpecer los procesos que uno puede tener sobre lo que ha sufrido, y que la declaración en estas circunstancias y de forma forzada condiciona totalmente la situación. Así, han llamado a enviar cartas a Sorzabal para mostrarle su apoyo.
Desde una visión global de la cuestión, Bilgune Feminista ha criticado que se sabe que "la tortura se ha aplicado sistemáticamente contra las mujeres que han sido perseguidas por motivos políticos", a pesar de que los Estados español y francés han utilizado una estrategia de "negación y tergiversación" para ocultarlo: "El uso de la tortura ha sido también una estrategia para conseguir, entre otras cosas, un control social a través del terror".
Así, en la concentración han denunciado que las torturas han sido una "estrategia de control político y patriarcal" y que en el caso de las mujeres presas con motivación política también aflora la "doble violencia": "Por ser mujeres y por disidencia política". De hecho, argumentan que la influencia de la misoginia en los centros penitenciarios, policiales y en el sistema de justicia es evidente y, en consecuencia, también durante el periodo de incomunicación: "amenazas de agresiones sexuales, interrogatorios al desnudo, tocamientos, cuestionamiento de la orientación sexual, violaciones, torturas psicológicas, burlas y vejaciones o menosprecios sufridos como militantes políticos".
Asimismo, denuncian el uso de la tortura para alejar a las mujeres de la participación política: "Esta participación ha sido específica y especialmente castigada en el caso de las mujeres militantes". También ponen un ejemplo actual para reflejarlo: la semana pasada tomó posesión como concejala de San Sebastián Sandra Barrenetxea y los ediles del PP abandonaron el pleno para protestar. Precisamente, Barrenetxea también es víctima de la tortura.
Así, Bilgune Feminista ha considerado necesario que el movimiento feminista ponga la cuestión sobre la mesa para avanzar en la construcción de una memoria histórica colectiva y lograr la verdad, la justicia y la reparación: "Las mujeres que han sufrido torturas políticas, sexuales y sus situaciones deben ser tenidas en cuenta en la lucha por la paz y la justicia". Para ello, añaden, es necesario establecer los medios que permitan los procesos de recuperación de las víctimas de la tortura, "politizándolos y entendiéndolos como aportaciones y afanes políticos".
Publicado originalmente en euskera en bidasoa.hitza.eus.