Pello Alcantarilla: “La gente no sabe qué daño ha hecho el Estado; si se hace el relato, hay que hacerlo entero”

Pello Alcantarilla

Publicado originalmente en euskera. Ver abajo.

El preso Pello Alcantarilla ha presentado una querella contra Diego Pérez de los Cobos por torturas y ha sido el Observatorio Vasco de Derechos Humanos (OVDH) el que ha pedido su reapertura. La causa fue archivada en 2005 y al considerar que el testimonio de Alcantarilla tiene "plena credibilidad", piden que se reconsidere el caso. Alcantarilla se ha acercado hasta nosotros para contarnos lo que le pasó y ha dicho claramente: “Si se va a hacer el relato, hay que hacerlo entero”.

A veces las palabras se pueden ver, y eso ha ocurrido cuando Pello Alcantarilla ha empezado a contar lo que le pasó el 3 de octubre de 2004. De hecho, ese día fue detenido y sufrió malos tratos y torturas tanto en la comandancia de Tres Cantos como en el viaje por parte de la Guardia Civil. En los últimos días acaba de presentar una querella contra el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, quien al verle en televisión hace unos años se percató de que "era él el que estaba allí".

De los Cobos, que en los últimos años ha ocupado puestos de responsabilidad en la Guardia Civil, lideró la operación policial contra el referéndum de Cataluña de 2017 y por la que declaró en 2019 ante el Tribunal Supremo. En un momento apareció en la televisión en esa época, y entonces lo vio también Alcántarilla: “Cuando lo vi dije: es él; estaba allí detrás de mí. Al principio tenía la cabeza en otras cosas, pero cuando vi que estaba en las responsabilidades de represión del procés y me di cuenta de la relación que tenía con los aparatos del Estado... ahí empecé a moverme”, ha señalado.

3 de octubre de 2004

Para entender los pormenores de la querella que acaban de presentar, ampliamos la mirada al 3 de octubre de 2004. De hecho, ese mismo día Alcántarilla fue detenido por la Guardia Civil cuando trabajaba con una furgoneta en Burgos: “Llegué a una estación de servicio y me seguían. Me hicieron salir de la furgoneta y me ataron las manos. Yo les pregunté qué pasaba y empezaron a decir que era terrorista. Les pregunté si estaban mi mujer y mi hija y me dijeron que las tenían”.

Le hicieron entrar en su vehículo y nos ha dado detalles de lo que vino a continuación: “Tenía las manos detrás y me hicieron meter la cabeza entre las rodillas. Cerraron las puertas, y pusieron la música a alto volumen. Temblé horas y pico, completamente asustado (...) Me decían que no era un joven y que sabía lo que era la Guardia Civil. Yo les decía que estaban confundidos, que era patriota pero... intentaba aguantar. Me decían que les esperaría cuando llegaran a Madrid”.

Así tuvo que recorrer el camino a la Comandancia de Tres Cantos de Madrid. En ella, sin embargo, no mejoró la situación: “Al llegar me metieron en una celda. Me llevaron al médico forense y de nuevo al calabozo, casi arrastrándome. Los picolos estaban poniendo guantes de látex, y quitando la máscara me pusieron contra la pared. Ahí empezó todo. Fue duro”.

Entonces empezaron a insultarle y a golpearle: “Me llamaban Fils de pute, hijo de puta. Me tensaban los testículos, gritaban e insultaban. Yo estaba en una atmósfera; era incomprensible. Sabía lo que era la Guardia Civil y sabía que estaba en sus manos. El que me pegaba dijo de pronto que iban a traer la bolsa y que me la iban a poner, y que tenían 5 días y 5 noches para destrozarme”.

Cuando oyó la amenaza de la bolsa, Alcántarilla les dijo que hablaría, y aquel fue el momento en que vio a De los Cobos: “Ese momento lo recuerdo siempre, cuando vino como un loco y sudando puso su nariz a mi lado para decir: De militar a militar, si cantas todo no te toca nadie en 101 dias. En ese momento oí detrás gracias comisario. Me volví, y junto a la puerta estaba De los Cobos. Al principio no me di cuenta de cuál era”.

Ver y contar

Alcantarilla pasó tres meses en la prisión de Soto del Real, tras lo cual fue extraditado. Cuando la juez Le Vert determinó que estaba "mal", lo trasladaron a la prisión parisina de Fresnes "porque tenía un hospital al lado y había más miembros allí". Alcántarilla, que pasó ocho años en la cárcel, ha hecho hoy un trabajo sobre lo que le pasó: "Físicamente no lo voy a decir, pero psicológicamente estoy perfectamente. Me siento feliz con mi familia y con mi país”.

Su testimonio hace unos años generó reacciones, entre ellas en Cataluña: “Cuando vi la responsabilidad que tenía en la represión del día del referéndum en Cataluña, me dije a mí mismo que iba a denunciar y llamé a BERRIA y me entrevistaron. En esa época casualmente estaban haciendo un monográfico en De los Cobos en un programa de TV3, y vinieron con las cámaras y me entrevistaron. Dicen que lo vieron 800.000 personas”, explica.

Un representante del Observatorio Vasco de Derechos Humanos, una persona de la Red de Torturados de Euskal Herria, el propio Pello Alcantarilla y su abogado, Aiert Larrarte, comparecieron en rueda de prensa para explicar el contenido de la querella que han presentado. En ella se señalaba que “la presencia de Pérez de los Cobos era coherente con su cargo el día de la detención y con su entonces destino en Madrid, con su papel en los órganos de coordinación y cooperación entre Francia y España, y con la importancia de la operación que los cuerpos policiales consideraron estratégica en el devenir de la lucha antiterrorista”.

Pacto de silencio

Alcántarilla siente que aunque ella presente querella o testifique, hay un gran pacto de silencio en torno al tema de la tortura: “Está muy bien denunciar las torturas y socializarlas, pero creo que eso se queda en nuestro entorno y por encima de eso hay un silencio absoluto. No quieren que socialicemos la cuestión de la tortura. Nunca lo han hecho, eso es difícil. La gente no sabe qué daño ha hecho el Estado, y si se hace el relato, hay que hacerlo entero. Ahí tenemos mucho que hacer”, ha dicho.

A pesar de la labor socializadora de la sociedad, Alcántarilla denuncia que también hay un papel en los altos cargos: “Siempre ha habido un gran pacto de silencio del que es muy difícil salir y romper ese bloqueo. Tienen mucho miedo porque tienen miseria moral con lo que han hecho y saben que hasta ahora no lo han aceptado”.

Sin embargo, se muestra dispuesto a seguir en el camino que ha iniciado con la querella: “El observatorio ha hecho un gran trabajo a la hora de analizar en De los Cobos. Y bueno, denunciarlo y lo que pedimos con hacer la querella es que se reabra. En eso no soy optimista, pero ahí estamos, y me he quedado satisfecho”.

Publicado originalmente en euskera en antxetamedia.eus.

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